ESTAMOS HUNDIDOS

Y no hay que ser muy listo para verlo y sentirlo. Con sólo dar una vuelta por las calles de nuestra ciudad y contar los locales cerrados que otro momento dieron de comer a familias vallisoletanas saldremos de dudas. Entrar en un restaurante o bar y encontrarte casi solo no es raro. Los que tienen dinero tienen miedo a gastarlo y los que no lo tienen...no saben qué hacer. Pero los que tienen dinero ni se imaginan lo que puede ocurrir cuando casi nadie tenga dinero. Ellos tampoco están a salvo. Tendrán que huir para que no les atraquen o les maten. Los ricos dejarán de serlo si nadie se mata trabajando para ellos. Dejarán de salir cada día en los diarios riéndose cuando nadie compre periódicos. Las películas de catástrofes nunca estuvieron tan cerca de ser realidad. Cada vez vamos a peor y esto no para. La desesperación se adueña de nosotros.

Pero es que además...los que nos gobiernan cada vez nos aprietan más y cada vez nos ponen más difícil lo más básico...respirar