POR UNA FIESTA NACIONAL SIN SANGRE

Ahora que empieza el verano, muchos de nuestros pueblos nos invitan a sus fiestas, llenas de diversión y emoción. Lo malo es que para divertirnos necesitamos servirnos del maltrato a animales. Son frecuentes los encierros y las corridas de toros cuando no algún evento más macabro. Opino que la "fiesta nacional para algunos", y que tantas subvenciones cobra de nuestras arcas, no va a desaparecer porque unos cuantos valientes antitaurinos den guerra jugandose la boca. Por tanto, yo cambiaría de estrategia y me encaminaría por la vía de la corrida sin sangre, como hacen ya en otros países, donde la espada y las benderillas cambian por un simulacro de ellas. Creo que sería un primer paso a la humanización de esta cruel fiesta.