tumbado en el suelo mirando las estrellas y recordar cuando por mi cumpleaños mi mujer me regaló mi primer telescopio astronómico.
En invierno, a bajo cero, abría la ventana de casa y estaba dos o tres horas observando la inmensidad les universo.
Algunas noches parecía que las estrellas caían encima de tu cabeza al andar. Sólo pensaba - "qué pequeños somos"
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